Franquicia y Licencia de Marca ¿Cuál es la diferencia?
Existen actualmente múltiples estrategias de crecimiento para empresas, escoger la indicada dependerá de las características de cada una de ellas, aquí te explicaremos dos de los métodos más recurrentes por los empresarios y mostraremos cuáles son sus diferencias. Cuando un negocio o empresa tiene un funcionamiento adecuado es probable que necesite expandirse para su crecimiento y así llegar a más mercado potencial. Saber cuándo es el mejor momento para crecer tu negocio es indispensable para lograr buenos resultados. Antes de dar ese paso y tomar la decisión final, es importante observar las señales del entorno, llevar a cabo un buen análisis y realizar una planificación que te permita, entre otras cosas, saber si cuentas con los recursos y la capacidad necesarios para mantener este crecimiento.
Te has preguntado: ¿quiero expandir mi negocio y no sé cuál es la mejor manera de hacerlo?, ¿Cuál es la diferencia que hay entre las franquicias y licencias de marca?, estas son algunas de muchas de las preguntas que se realizan empresarios o comerciantes cuando están analizando la posibilidad de expandirse. Pero, ¿qué es realmente la diferencia entre estas dos opciones?
Franquicia
En el caso de la Franquicia, es obligatoria la celebración de un contrato de Licencia de Uso de Marca; pero además, existen otras obligaciones o derechos, como la trasmisión de conocimientos y la asistencia técnica por parte del titular de la marca -el Franquiciante-, así como el respeto a los procesos operativos para operar de manera uniforme, por parte del Franquiciatario. Quien adquiere una Franquicia busca, además del uso de la marca, aprender el funcionamiento del negocio, y el Franquiciante está obligado a dar esas claves que hacen de su negocio un éxito. La Franquicia, entonces, reúne tres requisitos fundamentales: la licencia de uso de una marca registrada, la transmisión del Know How y la asistencia técnica constante hacia al franquiciatario. Las franquicias ofrecen un conjunto de valores agregados que permiten su eficiente adaptación en los mercados, además de brindar mayor soporte y vínculo con los inversionistas. Cabe aclarar que entre el franquiciante y el franquiciatario existe una independencia jurídica y económica, es decir, quien otorga y quien compra la franquicia, son dos unidades completamente distintas que cumplen de manera separada con sus obligaciones fiscales y laborales, aunque comparten la explotación de una marca y un mercado bajo procesos definidos para mantener sus estándares de calidad.
Licencia de marca
Ahora bien, una Licencia de marca pura, también resulta atractiva cuando se pretende ampliar el mercado de nuestro negocio, en especial, para ciertos giros. La titularidad de una marca permite a su dueño conceder a un tercero el uso no exclusivo de la misma, usualmente, por un tiempo determinado, a cambio de prestaciones económicas. En estos casos, el licenciante conserva poco control sobre la operación del licenciatario, por lo general, no existe el componente de capacitación, no se trasmite la estrategia de desarrollo del producto, no se ofrece el mismo apoyo a los titulares de licencias que a los franquiciatarios. El licenciamiento de marca tiene solo dos requisitos: que la marca se encuentre registrada y que ambas partes que celebren el contrato de licencia. Al igual que en la franquicia, también cuentan con una independencia jurídica y económica. La diferencia se encuentra en que en las licencias de marca no existe la obligación del Know how, es decir, no hay una trasmisión de cómo se opera el negocio, ni capacitación por parte del autor de la marca, así como manuales o guías para emprender el negocio.
En síntesis, podemos señalar que ambas figuras son similares, las dos son medios legales que permiten realizar expansiones de negocios, su función es proteger la titularidad de la marca; al final, es una decisión empresarial, pues depende de los objetivos del crecimiento, la aplicación de una u otra.